Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1881-1882 (Cortes de 1881 a 1884)
Sesión: 3 de junio de 1882
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: 143, 3982-3983
Tema: Base 5ª Arancelaria

El Sr. PRESIDENTE: El Sr. Presidente del Consejo de Ministros tiene la palabra.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Voy a contestar brevemente al Sr. Moret.

Ya sabe S. S. que yo he dicho en otra parte, y vuelvo a decir aquí, que cualesquiera que sean mis ideas en esta cuestión económica, como hombre de estudio, como hombre de gobierno, no soy ni libre cambista ni proteccionista. Pues en este sentido he querido ir a la reforma hasta donde se puede llegar sin causar hondas perturbaciones en el país, porque esas hondas perturbaciones le harían más daño que beneficios las reformas, y ese es el deber de todos los Gobiernos. Pues qué, ¿se puede venir al gobierno con los principios que tiene S. S. (que quizás sean los míos como hombre de estudio), a plantearlos sin más que sacar las fórmulas de los libros? (El Sr. Moret: ¿Y la ley de 1869?)

Pues S. S. mismo, con todo su rigorismo de escuela, se ve precisado a transigir, y transige; y transigiría más si estuviera en este banco. Pues qué, ¿no ha transigido S. S.? ¿Se ha limitado S. S. a pedir lo que el año 69 (ya que me cita la ley de 1869) se acordó que se estableciera el año 79, ni tampoco que el año 81 entráramos en el derecho fiscal? ¿No estamos en 1882? Pues la rigidez de los principios de escuela le obligaba a plantear o a pedir el planteamiento de los derechos fiscales. ¿Por qué no lo pide? Por consideraciones que deben tener, no sólo los hombres de gobierno, sino también los hombres de partido, y que les obligan a no [3982] exigir inmediatamente la aplicación de sus ideas como hombres de escuela.

Y S. S. ha aplaudido más de una vez la parsimonia, la calma, la prudencia con que procedía en estas materias que afectan inmediata y directamente a los intereses generales del país. Su señoría me ha aplaudido más de una vez, y me ha ayudado a realizar esa conducta, y me ha ayudado en el mismo tratado de comercio con Francia, que no es seguramente una fórmula del libre-cambio, ni mucho menos; y hasta el punto que si el tratado de comercio con Francia no se denunciaba en diez años, en diez años se entendía que no habría más rebajas en lo que se llamaba base 5ª.

Por consiguiente, S. S. hace mal en echarme en cara lo que es una transacción; lo que es una transacción teniendo en cuenta intereses importantes y legítimos, y teniendo en cuenta también que la efervescencia y la perturbación que puede ocasionarse de otra manera no es conveniente ni favorable al país ni a los partidos liberales, a los cuales acusan sus enemigos de que no pueden gobernar sin alarmas y perturbaciones. Yo quiero demostrar que los partidos liberales pueden gobernar sin alarmas y perturbaciones, pero procediendo en el camino de la libertad con la mesura y con la calma que aconsejan todas las reformas, y muy especialmente las reformas económicas que afectan directa e inmediatamente a toda clase de intereses de esta Nación tan trabajada.

Conste, pues, que en el voto particular no están consignadas mis ideas, ni las del Sr. Ministro de Hacienda, ni las del Sr. Ministro de Fomento, sino que es una transacción gubernamental, una transacción del Gobierno, en la cual, caminando adelante sin desviarse y sin hacer desaparecer el punto objetivo, marchamos con aquel pulso, con aquel tino, aquella calma y aquella prudencia que es necesaria para evitar toda clase de males. Esto es, ni más ni menos, lo que significa el voto; por lo cual nadie ha tenido que abandonar doctrinas ni ideas. Lo que aquí ha habido es que se ha cedido por unos y otros, como se cede siempre en las transacciones; y en política, créalo S. S., sólo con grandes transacciones se puede caminar. [3983]



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